200 años de Rudolph Sack
Pionero de la ingeniería agrícola
Rudolph Sack, nacido en 1824, es una de las personalidades más destacadas de la historia de la ingeniería agrícola. Creció en circunstancias humildes en Löben, cerca de Leipzig. Perdió a su padre a una edad temprana y de niño tuvo que trabajar en la granja de sus padres. A pesar de estas dificultades, recibió una sólida educación básica: además de la escuela primaria, recibió clases particulares y lecciones de dibujo y aritmética de un topógrafo.
A los 18 años, Sack dejó el negocio de sus padres y adquirió una valiosa experiencia como administrador en varias fincas. Reconoció muy pronto los puntos débiles de los arados que se utilizaban entonces, difíciles de guiar y que no removían la tierra de forma óptima. Después de seis años, regresó a casa y se dedicó con ahínco a seguir formándose. Asistía a eventos agrícolas e intercambiaba ideas regularmente con agricultores progresistas.
Junto con un herrero vecino, Rudolph Sack desarrolló finalmente un arado de acero que araba más hondo con menos fuerza de tracción y desmenuzaba mejor la tierra. Esta innovación requirió numerosos experimentos, pero el resultado fue convincente: el nuevo arado de carro requería solo la mitad de potencia, removía la tierra con mayor eficacia y era más fácil de guiar y ajustar. Los agricultores de la zona quedaron encantados y la demanda no tardó en crecer.
El avance decisivo se produjo en 1857, cuando uno de sus arados llegó a la finca del conde Bobindky, en Ucrania. El conde quedó tan impresionado que hizo un gran pedido de 120 arados, al que siguieron otros 80. Para satisfacer esta demanda, Sack viajó a Inglaterra y encargó la fabricación de los arados a Garret & Sons.
Tras este éxito, Rudolph Sack fundó su propia empresa en Leipzig en 1863. En los años siguientes, la empresa se convirtió en la principal fábrica de arados del mundo y sentó las bases de innovaciones pioneras en tecnología agrícola que siguen marcando pautas en la actualidad.