Sembrar con la Precea un éxito seguro
El potencial de rendimiento máximo teórico de una planta individual está definido por la genética de la semilla. Por su parte, el potencial de rendimiento real está determinado por una serie de factores y parámetros y se reduce en la fase de vida de la planta debido a factores de estrés abióticos y bióticos. Lo que queda de potencial constituye el rendimiento real del cultivo que puede cosecharse.
Por lo tanto, para incrementar los rendimientos han de reducirse los factores de estrés que inhiben el crecimiento del modo más amplio y temprano posible.
Una siembra correcta asegura los primeros pasos para lograrlo: el primer paso es la programación correcta de la siembra en condiciones climatológicas favorables. En segundo lugar se trata de depositar con precisión las semillas a la
profundidad correcta del suelo para adecuarse de forma óptima a la fisiología de desarrollo de la plántula. En tercer lugar, se encuentra el aporte óptimo de agua a la plántula, un aspecto muy importante para lograr una buena recompactación con acceso a las capas del suelo por donde discurre el agua. Además, la disponibilidad de los nutrientes mediante la fertilización bajo las raíces precisa es fundamental para permitir el crecimiento de raíces jóvenes, en especial a profundidad, y poder absorber agua y los nutrientes disueltos en ella en el subsuelo profundo también en períodos secos.
El gran rendimiento, la elevada precisión, la excelente recompactación y la fertilización adaptada de la Precea lo hacen posible para obtener buenas cosechas y una alta rentabilidad.